En un momento de la historia en la que reinaban las curvas exuberantes, destacó, sin quererlo; una figura angelical y delgada. Su mirada, que hablaba por si sola y su esplendorosa sonrisa completaban un rostro que reflejaba tímidez, fragilidad y una enorme hermosura. Todo esto envuelto por un estilo único e inimitable.
Destacó, primeramente como bailarina antes de que la II guerra mundial estallase.
Más tarde tendría su primer papel en el cine, acompañado de su primer oscar y con ello; un billete a Hollywood dando así el salto a la eternidad.
Fué arropada por 15 años de éxitos indiscutibles en el cine, con clásicos inolvidables como; "Desayuno con diamantes", o "My fair Lady", dos clásicos tesoros, entre otros. Su última película fué "Always" de Spielberg en 1988.
Finalmente, cabe destacar sus esfuerzos humanitarios junto a unicef, combatiendo el SIDA y la desnutrición en países del tercer mundo.
Ha sido un broche de oro para el cine. Y su estilo, sigue plenamente vivo tras veinte años sin ella.
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